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VESTIGIO

SILVESTRE ABUD

Fecha: 24 mayo al 3 de junio de 2018.

ReseñaSilvestre Abud, Pintor, Licenciado de Artes Visuales en la Universidad Finis Terrae (2017) durante los últimos años ha desarrollado una producción ligada a la experimentación material dentro de la disciplina de la pintura. Su propuesta se centra en la incorporación de materiales industriales y de desecho, con el fin de generar una mirada crítica sobre la sociedad actual. 

Durante este periodo ha trabajado en diversos formatos desarrollando técnica mixta sobre soportes que él mismo construye, entre sus trabajos destacan) “Espectadores” (2014), “Dependencia” (2017) y su serie inéditas “Vestigio” (2018) a exhibir en Casa Andacollo.

Vestigioda cuenta del trabajo que ha desarrollado Abud durante los últimos dos años; fuera los pinceles, bienvenidas las brochas y el caos. La experimentación y lo salvaje se hacen presente en cada composición, la materia bruta se presenta frente al soporte invitándonos a apreciar sus estados y la tensión que se genera en su relación con el paisaje. 

Para más información o consultas contactar al mail silvestreabudl@gmail.com o visitar el perfil de Instagram @silvestreabudl

Texto de la muestra por Marie Carlsson: Silvestre se autodefine como un pintor obrero, en su taller de adobe construye sus lienzos de listones y cáñamo, con el soporte a suelo va construyendo la imagen capa por capa, a través del acto reiterado de construir y destruir pone a dialogar pasta de muro, óleo, gelatina y yeso. Tras una serie de azotes, golpes y raspados, retoma el combate. La imagen es una excusa para retomar el oficio de artistas que rompieron con las nociones clásicas de la pintura, poco hay de materia noble en esta serie, priman los objetos industriales y desechos. 

Vestigioda cuenta del trabajo que ha desarrollado Abud durante los últimos dos años; fuera los pinceles, bienvenidas las brochas y el caos. La experimentación y lo salvaje se hacen presente en cada composición, la materia bruta se presenta frente al soporte invitándonos a apreciar sus estados y la tensión que se genera en su relación con el paisaje. 

Al encontrarnos inmersos en la forma se evidencia lo singular de cada espacio por mínimo que sea. Hay riqueza en cada elemento por sí solo, al mismo tiempo, la suma de las unidades compone un cosmos de objetos que resultan familiares, aparecen aquellos con los que dialogamos en nuestro cotidiano y que ahora se constituyen en una nueva imagen.

El material en sí nos presenta un momento detenido en el tiempo. 

¡Hemos llegado tarde!

Sólo vemos el final de una batalla del pintor contra el lienzo.

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